Nuevo conflicto en el Mar Caribe: chantaje de materias primas estándar

Cómo el petróleo de Venezuela podría afectar los precios

XBR/USD

Zona clave: 63.50-65.00

Compra: 65.50(sobre una base fundamental muy positiva); objetivo 67.50; StopLoss 64.80

Venta: 63.00(tras volver a probar el nivel 64,50); objetivo 61.50-61.00; StopLoss 63.70

Una operación militar de Estados Unidos contra Venezuela y el regreso del control de los campos petroleros locales a las empresas estadounidenses podrían inundar el mercado con petróleo “fresco” y hacer que los precios caigan a niveles críticos.

Recordemos: Venezuela es el líder mundial en reservas probadas de petróleo. Según el Boletín Estadístico de la OPEP de 2024, el país posee aproximadamente el 20% de las reservas mundiales — 303,01 mil millones de barriles. En Venezuela se extrae un tipo de petróleo raro y valioso — crudos pesados y extrapesados (por ejemplo, el extrapesado del Orinoco) — para los cuales se construyeron refinerías especializadas en Estados Unidos y Asia. El petróleo de esquisto ligero nunca podrá reemplazarlos en productividad o margen.

Aunque el motivo oficial de la escalada no se ha especificado, se supone que Trump pretende derrocar al régimen de Maduro y desbloquear las exportaciones de petróleo venezolano. En ese escenario, los precios mundiales podrían caer a $30 por barril.

Las razones del conflicto son varias:

  • La disputa de Venezuela con Guyana por la región rica en petróleo de Esequibo — EE. UU. ha intensificado la cooperación militar con Guyana; se han registrado incidentes marítimos y moratorias temporales en las aguas en disputa.
  • El contexto político venezolano tras las elecciones de 2024 — EE. UU. ha endurecido las sanciones por violaciones electorales.
  • En 2025, Washington modificó varias veces los permisos para las petroleras estadounidenses (Chevron y otras), sin revocarlas por completo. Esto convirtió las sanciones estadounidenses en una herramienta de chantaje que afecta directamente a las exportaciones.

Hace cincuenta años, Venezuela producía cuatro veces más petróleo que ahora. Si hace diez años la desaparición de un millón de barriles diarios pasó inadvertida, hoy el retorno de ese volumen —sobre todo mediante una intervención militar— representa un riesgo serio.

  • Cualquier operación militar puede salirse de control. Los puertos, depósitos y la logística de Venezuela son vulnerables. Las aseguradoras de buques petroleros ya están preocupadas por la posibilidad de ataques aéreos — y los problemas ya existen incluso antes de que comience la operación.
  • La idea de que las inversiones extranjeras llegarán inmediatamente después de la caída de Maduro es demasiado optimista. Las instalaciones de PDVSA están deterioradas, no hay empresas de servicios, y la logística está colapsada. La recuperación tardará al menos dos años.
  • Tras la pérdida del crudo ruso, Europa depende excesivamente de las importaciones estadounidenses. Si las refinerías de EE. UU. no reciben crudo pesado, la producción de combustibles caerá. Incluso si el equilibrio global se mantiene, Europa tendrá que pagar más. A Trump, por supuesto, Europa le importa poco, pero hay otros consumidores interesados.
  • Una guerra contra el régimen de Maduro sería un verdadero conflicto de intereses y una ruptura de las cadenas de suministro. Incluso sin combate directo, la escalada aumentaría la prima de riesgo del Brent, la escasez de crudo pesado y los costos de transporte y seguros.

El regreso de las empresas estadounidenses a Venezuela y el levantamiento de las sanciones aumentarían la oferta de crudo pesado, ejerciendo una presión moderada a la baja sobre el Brent en los próximos 6 a 24 meses.

Curiosamente, la demanda de gasolina en EE. UU. está en su nivel estacional más bajo desde 2012, mientras que la utilización de refinerías ha caído al 86%. Esta situación es extremadamente favorable para las refinerías estadounidenses: el regreso del crudo pesado barato reduce el costo de las materias primas y estabiliza los márgenes del diésel.

Un conflicto militar real podría no ocurrir si Trump reactiva el sistema TACO (Trump Always Chickens Out) o si Caracas simplemente acepta todas las condiciones de EE. UU., aunque eso parece poco probable. Esperemos los acontecimientos.

Así que actuamos con sensatez y evitamos riesgos innecesarios.

¡Buenos beneficios para todos!